Había una vez una chica muy muy pobre, sus padres no le pudieron dar apenas lo que todos sus amigos tenían. No tenía ni mp3, ni móvil, ni ordenador, no tenía ni tele!!! Pero le dieron lo que muchos padres no pueden darle a sus hijos; su tiempo. Y la niña fue feliz, porque no hay nada más importante que el tiempo de una persona, dedicado al completo en tí.
Y fueron felices con sus cacharros, pero los cacharros se rompen, se quedan obsoletos y siempre querían más...
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