sábado, 21 de diciembre de 2013

Oda

Cada noche me duermo a tu lado, acurrucada en tus brazos. Me das calor y me ayudas a dormir. Tu piel suave acaricia mis mejillas.
 Te quedas ahí observando, durante horas hasta que se me cierran los ojos.
Sueñas conmigo. Solemos soñar cosas parecidas, porque dos mentes que duermen juntas, al final, piensan lo mismo. Viajamos juntos por lugares en los que jamás nadie ha estado…
Y cuando despierto, sigues ahí… Nunca me dejas sola. Compartes mis noches en vela, mis más profundos pensamientos, mis lágrimas, mis sonrisas…

Gracias, almohada.

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