Cada
noche me duermo a tu lado, acurrucada en tus brazos. Me das calor y me ayudas a
dormir. Tu piel suave acaricia mis mejillas.
Te quedas ahí observando, durante horas hasta
que se me cierran los ojos.
Sueñas
conmigo. Solemos soñar cosas parecidas, porque dos mentes que duermen juntas,
al final, piensan lo mismo. Viajamos juntos por lugares en los que jamás nadie
ha estado…
Y cuando
despierto, sigues ahí… Nunca me dejas sola. Compartes mis noches en vela, mis más
profundos pensamientos, mis lágrimas, mis sonrisas…
Gracias,
almohada.
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