Primeros amores que duran, perduran, que son como drogas. Que te hacen sentir lleno, y vacío a la vez. Primeros amores que dejan huella, y esa huella duele mucho, es muy grande. Parece que no cierra nunca. No quiero que cierre nunca.
Recuerdos que parecen cuentos de hadas. Lágrimas, sonrisas, besos, caricias, que todo se fuga por las rendijas de una ventana, y por mucho que la quieras cerrar, no puedes.
Unos ojos, que te miran, y te desgarran por dentro. No hay secretos para ellos, y te ven tal cual eres. Mas bien, tal cual eras.
Y tu cabeza piensa, y tu corazón siente y nunca opinan igual... Si algo tengo muy claro, es que nunca se va a olvidar a esa persona que te enseñó a amar y te obligó a sufrir. Y por muchos kilómetros, horas, personas, amores, sentimientos que te separen de ella, vais a estar juntos para siempre.
Ahora lloramos, pero en un tiempo, podremos volver a sonreír.
Te amo.
Es un error decir que el primer amor será algo que esté ahí siempre, sí el recuerdo, pero no la herida abierta de dejó su ausencia. Nadie puede enseñar a amar a otra persona, y la prueba de ello es que todo el mundo tiene un primer amor, una primera persona que llena con su mirada los vacíos más profundos del alma y los eleva, y aún así, esas personas no saben amar. Y llega la edad adulta y la vejez, y esas personas siguen sin saber amar, aunque recuerden que una vez tuvieron un primer amor que los abandonó o al que abandonaron.
ResponderEliminarLos seres humanos aprendemos amar desde la infancia, desde que al caerte en el suelo, tu madre te recogía con un beso, o te hacía carantoñas, y eso ya era amor, y así es como la gente aprende a amar, aunque no lo sepan... Y luego llega el momento en el que alguien se empeña en que probemos las dulces mieles del amor carnal, y se enciente el fuego, pero porque antes ya hubo brasas. Y cuando esa persona se marcha, o nos marchamos, entonces tú ya sabes prender la hoguera, aunque las lágrimas que caigan del cielo sean más profundas que una tormenta... Como el fuego después de un incendio, con la lluvia puede volver a crecer el bosque.